casos, el RFID está embutido en una tarjeta plástica o en un brazalete y además de tener el número que permite ingresar a la base de datos de su persona, suele contener información biométrica (iris, voz, huella dactilar). En el segundo el RFID está contenido en un minúsculo envase de vidrio inyectable, contiene un código alfanumérico de 16 dígitos (en algunos países son más) y se activa también al pasarlo por una lectora, lo que permite ingresar a su historia personal ya que el chip revela este código al ser 'despertado' por la frecuencia que emite la lectora.
Son superiores al viejo código de barras en el sentido que permiten la identificación por unidad y no por especie, es decir, mientras el código de barras sólo lee, por ejemplo 'paquete de galletitas', el chip permite identificar cada uno de los paquetes de galletitas. Este es uno de los argumentos más firmemente esgrimido por las asociaciones que combaten el uso de esta tecnología, ya que permitiría seguir todo el recorrido de una determinada unidad de un producto en forma permanente, y por lo tanto, seguir también a quien lo haya adquirido. Las empresas aseguran estar trabajando en chips que se destruyen apenas pasaron la caja de pagos en el supermercado, pero hasta ahora, no han dado mayores novedades al respecto. El seguimiento puede arrojar datos como los hábitos de consumo del comprador en el más inocente de los casos, o su localización en un uso más preocupante de esta tecnología. Los animales no escapan a la fiebre de la cyberseguridad y fueron el puntapié inicial del desarrollo de esta tecnología.
Una de las grandes corporaciones encargadas de la identificación de ganado en pie, Destron Fearing, viene utilizando diferentes métodos de seguimiento e identificación de los lotes de ganado desde 1948 según asegura en sus propios folletos (8). La experiencia de chips implantables en animales, por su parte, comenzó su desarrollo el año 1982 cuando el médico veterinario Hans Stoddard consiguió miniaturizar y encapsular un transponder (9). Este invento es adquirido en 1983 por Destron Fearing, la que continúa desarrollándolo, al igual que el Dr. Stoddard, que inventa el chip encriptado y con más dígitos para el uso veterinario.
Destron Fearing fue adquirida poco después de comprar las patentes del chip para ser usado en animales por Applied Digital Solutions (ADS) una empresa norteamericana dedicada a la tecnología de identificación y seguridad. En estos días, Destron Fearing puede convertirse en una subsidiaria muy rentable habida cuenta que no hace mucho presentó un nuevo chip capaz de identificar la presencia de gripe aviar en animales en horas (10), y más aún si tenemos en cuenta las recientes normativas internas de los Estados Unidos que demandan que se implanten chips de control y censo en el ganado vivo (11).
Del chip en animales, que se alimenta con la energía térmica producida por el organismo del portador, al dispositivo para humanos, fue sólo cuestión de meses. ADS anunció en diciembre de 1999 la compra de otro brillante invento: el de un transceptor en miniatura que podía ser implantado en humanos, es decir, lo que después se conocería como Digital Angel en sus primeros pasos (cuando se lo comercializaba alternativamente como un chip que se transportaba en el pager o el reloj o que le era implantado) o como Verichip últimamente. En julio del 2000 ADS dio a conocer su acuerdo con la Universidad de Princeton y el Instituto de Tecnología de New Jersey, con miras a desarrollar un chip implantable bajo la piel que permitiera su seguimiento vía satélite por el sistema GPS (Global Positioning System). El chip recabaría datos tales como temperatura corporal, signos vitales, localización de la persona, etc. Esta información sería obtenida a través de lectoras por sistemas inalámbricos y remotos y enviada vía Internet o telefónica a una base de datos administrada por la misma empresa. (12)
El primer campo de acción donde se presentó Verichip, sin siquiera tener la aprobación de la FDA, fue el médico. Verichip Corporation, una de las subsidirias de ADS mostró al mundo el dispositivo que permitiría a los profesionales de la salud saber el nombre del paciente, historia clínica, número de obra social (o prepaga o seguro social, o lo que tuviera como aseguradora de salud) en caso de que el portador se encontrara inconsciente o que simplemente hubiera concurrido a consulta. Para hacerlo funcionar, se pasaría la lectora por el lugar donde estuviera el chip, éste respondería informando el código alfanumérico que almacena y a través de estos datos y usando Internet o vía telefónica, los médicos tendrían la historia clínica del paciente (13).
Obviamente que las vías seguras de tráfico de datos serían provista por empresas como Digital Angel, Oracle, Verisign (cuyo CEO, Stratton Sclavos fue invitado a formar parte del National Security Telecommunications Advisory Committee de la Casa Blanca poco días después de la creación del Departament of Homeland Security); Motorola, Raytheon, ADS, Verichip Corp, ORCOMM y otras grandes corporaciones, muchas de las cuales nacieron de la unión entre los capitales privados y los intereses gubernamentales, apañadas por miembros o ex-miembros de las fuerzas de seguridad o de la comunidad de inteligencia, y todas con fuertes lazos con las corporaciones, los gobiernos y los servicios secretos.
De ángeles y demonios
Recientemente e insistiendo en el área médica, Verichip Corp. redobló los esfuerzos por posicionar a su subsidiaria encargada de esta franja del negocio, Veri Med, la que anuncia en su página web el obsequio de un kit de inicio gratis para los médicos que se inscriban en el sistema. Se le entregan chips para insertar en sus pacientes y una lectora de mano, más los folletos que pudiera necesitar para poner en su sala de espera. El médico debe suscribirse a la VeriMed Physichian Network para contar con la posibilidad de tener un rápido acceso al historial de sus pacientes, saber cuál es su estado de salud, estar atento a cualquier emergencia, etc. Llama la atención en el sitio oficial de la nueva empresa una frase de la American Medical Association: 'Hubo 98 mil muertes el año pasado por errores médicos' (14).
De la misma forma, se presentaron las bondades del pequeño artefacto para controlar personas con movilidad reducida y gente mayor con problemas de desplazamiento y/o estabilidad, toda vez que el chip puede enviar datos sobre el cambio de temperatura ambiente y de la persona, cambios bruscos de posición física, desplazamientos, etc. (15)
Pero, empresa al fin, ADS no sólo se preocupa por la salud de los ciudadanos comunes. También por otras áreas muy productivas de la vida. El 8 de abril de 2002, ADS presentó en sociedad el Global Verichip Subscriber Registry que le permitiría a los usuarios guardar información sensible en el banco de datos de la empresa y tenerla a disposición vía Internet o teléfono utilizando las vías seguras provistas por Digital Angel, su subsidiaria. Ese año los directivos apostaban a un rápido crecimiento de la empresa en un mercado estimado en 15 mil millones de dólares. (16) A los fines comerciales y con vista de captar el mercado de dinero plástico, ya en marzo del 2003 el actual CEO de ADS Scott Silverman, en el ID World en París, Francia, anunció el lanzamiento del VeriPay, que no es otra cosa que el uso del Verichip como forma de pago segura en reemplazo del dinero en efectivo y de la tarjeta de crédito. Silverman hizo hincapié en la seguridad que ofrecía el VeriPay, por el formato RFID y por la dificultad para perderlo o ser robado (después de todo, el portador lo lleva bajo su piel). Los directivos más entusiastas aseguran que en el futuro, gracias al chip, se prescindirá del dinero y las tarjetas (17). Algo muy conveniente en una economía global recalentada y sustentada por países en bancarrota, como Estados Unidos, salvados del abismo sólo porque son de los pocos que conservaron para sí mismos la facultad de emitir dinero. El mismo invento, el chip implantable, también puede tener otras utilidades según las empresas que lo desarrollan, como el habilitar o no el uso de armas de fuego (en el caso de las fuerzas de seguridad) (18) o funcionar como password personal seguro para evitar el hackeo de casillas de correo electrónico y computadoras. (19)
Applied Digital Solutions (ADS) y sus subsidiarias Digital Angel, Thermo Life, Verichip (junto a su subsidiaria VeriMed) y Government Telecomunications Inc. trabajan en forma mancomunada con el Departamento de Defensa norteamericano y las agencias de inteligencia (externa e interna) de aquél país. En este caso la oferta del Verichip es para un control más estricto pero sencillo de las áreas de seguridad, detección inmediata de personal extraviado (nada dicen de la posibilidad que los chips puedan ser usados por sus enemigos, por ejemplo, para ayudar a localizar sus tropas y así dirigir mejor los misiles), seguimiento de naves en vuelo o en mar, etc.
En el área de defensa, ADS combina el Verichip con el uso de otros dispositivos de identificación por radio frecuencia, como las ID Cards y/o las 'tags' (etiquetas con el RFID embutido). Y es, justamente una de las empresas más fuertes en este sector del mercado, la encargada de fabricarle los chips, en forma exclusiva, a ADS. Se trata de Raytheon, el contratista militar de capital norteamericano más grande (20). Entre otras iniciativas, suyos son los discutidos misiles Patriot y Tomahawk, también está a cargo de la escandalosa radarización de la selva amazónica brasilera que se le adjudicara en épocas de Fernando Enrique Cardoso (estaba programado que los datos obtenidos fueran primero a los Estados Unidos y luego éste se los entregaría a Brasil pese a los 1.400 millones de dólares asignados al contrato, más las 'coimas' que se descubrieron y que motivaron renuncias en el gabinete del presidente Cardoso) (21) y que puja por el suspendido Plan Nacional de Radarización argentino.
Tiene ganancias anuales de 22 mil millones de dólares y 80 mil empleados a lo largo del mundo, en sus diferentes filiales. Entre sus directivos se encuentran ex miembros de la Armada, de la Central de Inteligencia, políticos, etc. (22) Las buenas relaciones entre ADS y sus subsidiarias y las empresas de armas no son cosa nueva. El actual CEO de Digital Angel (una de las subsidiarias de ADS y socia de Verichip, que comercializa un rastreador personal que lleva el nombre de la empresa), Kevin Mac Grath es un ex-directivo de la Hughes Electronics Corporation, (trabajó en la central de El Segundo, California, durante 16 años) (23), compañía posteriormente comprada por Raytheon, por lo cual no es de extrañar que el acuerdo entre ambas empresas haya sido sólo de palabra, ya que, sus directivos, se conocen lo suficiente para saber que tienen entre manos un buen negocio que dada la magnitud que puede cobrar, son pocos los que están en condiciones de llevarlo adelante. Por otra parte, antes que Digital Angel y ADS anunciaran ser las dueñas de la patente del Verichip, Hughes Electronics Corporation investigaba el tema y había hecho los primeros desarrollos de chips implantables en humanos. Y fue justamente el departamento encargado de esta tecnología el que fue adquirido por Raytheon, convirtiéndose posteriormente en su filial española, que es la fabricante de los chips envasados en vidrio, listos para ser inyectados en personas que le entrega a Verichip Corporation.
Fuente: Argenpress
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